“Hay un punto en la vida en el que te das cuenta de quien importa, quien nunca importó, quien no importa más y quien siempre importará. De modo que no te preocupes por la gente de tu pasado, hay una razón por la que no estará en tu futuro.”
martes, 3 de mayo de 2011
¿IMPOSIBLE O IMPROBABLE?
La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad, que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica. Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer.Una periodista convertida en princesa. El 12-1 contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.
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